sábado, 12 de diciembre de 2015

MANDALAY EN 3 DÍAS





Antes que nada debemos advertirte que Myanmar no es un lugar para delicaditos, es más un país es para aventureros. Si tienes ese espíritu pero aún no lo has visitado, ahora es el mejor momento ya que el turismo de masas todavía no arrasa con la esencia original del país.

La ciudad de Mandalay es un claro ejemplo de esto y es una de las ciudades que no te querrás perder. Para conocer lo más importante de ella no necesitas más de tres días aunque, eso sí, bastante activos. Y vale la pena. Aquí nuestra recomendación de cómo organizar tu paso por esta bella ciudad que, cabe mencionar, sí parece una ciudad. ¡Tiene policías de tránsito! … Esporádicamente.

Un momento. ¿Dónde empiezo?

Si estás preguntándote dónde hacer base te recomendamos hospedarte en Yoe Yoe Lay Homestay. Es un hotel muy pequeño y sencillo, pero bastante económico y acogedor, y con un servicio y un cuidado en los detalles que te sorprenderán. La anfitriona, la amabilísima Nan Bwe, te puede rentar una bicicleta o una moto, o bien organizar un taxi para que te muevas por la ciudad sin problema, pues debes saber que en Mandalay no hay transporte público. En Yoe Yoe Lay puedes tomar un mapa de la ciudad para no perderte, que además incluye los puntos de interés de la ciudad así como bancos, restaurantes y demás.


Nosotros escogimos la bici por ser la opción más económica y hasta cierto punto más segura (2000 kyats por día). Te advertimos desde ahora que los burmeses manejan como stunts de Rápido y Furioso y vimos por lo menos dos turistas con heridas graves por accidentes de motocicleta. Así que si optas por la moto, recuerda que no eres de plástico.

¿Hay que pagar algo?

Para acceder a los lugares más emblemáticos -Mandalay Palace, Golden Palace Monastery, dos sitios en Inwa y uno en Amarapura- necesitas un ticket que cuesta 10,000 kyats por persona y tiene una validez de 5 días. Lo puedes comprar en cualquiera de ésos sitios; en cada uno te lo checarán y sellarán. En varios lugares también te van a cobrar por el uso de la cámara (1000 kyats). Hay turistas que buscan maneras de no pagar, pero si hay dinero para cervezas y fiesta, tal vez sea momento de dejar un poco la tacañería, y no escatimar en lo que de verdad vale la pena de este país.

Puedes planear tus días más o menos de la siguiente manera.

Día 1. Mandalay Palace y Mandalay Hill.  

Puedes comenzar este día haciendo el norte de la ciudad. Rodeado por un foso aún lleno de agua, el Palacio de Mandalay fue construido totalmente con madera de teca a finales de los 1850´s y fue la morada de la última monarquía burmesa. Camina por sus edificios y sube a la torre para tener un panorama completo.


Una cuadra más adelante puedes continuar el recorrido visitando el Shwenandaw Kyaun –Golden Palace Monastery con unos detalles de tallado en madera impresionantes. Es una lástima que el país no tenga recursos para darle mantenimiento a estos hermosos sitios.


A un lado está el Atumashi Monastery, restaurado en 1996 por el departamento de Arqueología de Burma, tras haber sido destruido por un incendio en 1890. Una cuadra más al norte las Sandamuni Pagoda que es un jardín con una gran estupa dorada rodeada de otras muchas estupas blancas. Ahí están las tumbas Kanaug Mintha - hermano menor de rey Mindon- y tres princesas junto a las que fue asesinado. Y en frente está la Kuthodaw Pagoda que contiene el libro más grande del mundo inscrito en las zayats –pagodas con casita- que rodean la estupa principal. Estas paradas valen la pena para hacer el camino a la cercana Mandalay Hill.


En este punto ya deberías haber tomado un descanso para comer, tomar agua y  cargar energía porque te esperan 40 minutos de escaleras. Hay taxistas que te suben por unos cuantos kyats, pero, ¡vamos! ¡deja la pereza para un resort! ¡Ofrece tu esfuerzo a los dioses y quizá te concedan el milagro de bajar esa barriga cervecera! Claro que hay descansos en varios niveles, cada uno con su Buda y vendedores de diversas chucherías, pero nada molesto. Los últimos dos niveles cambian drásticamente pasando de lo sencillo a lo centelleante, y te hacen darte cuenta de por qué vale la pena la subida. La idea es que llegues hasta la cima para ver el atardecer. ¡Que chula vista! Si ya andas de flojo hay elevadores que te bajan, pero ni se nos ocurrió preguntar cuánto costaban, con solo ver la fila decidimos hacer buena pierna. De cualquier forma, no te arrepentirás.



Día 2. Mahamuni Paya y Marionette Show.

Al sur de la ciudad se encuentra el templo del Mahamuni Buda, que según cuenta la leyenda es una imagen a la que Buda le imprimió su exacta imagen al soplar sobre ella hace aproximadamente dos mil quinientos años. Muchos creyentes acuden a venerar la imagen y le pegan laminillas de oro para mostrarle su devoción. Es por esto que lo único bien definido es su cara, ya que el cuerpo parece más una masa de oro que ha crecido de manera impresionante a través de los años.


Por ahí puede acercase algún monje que se ofrezca de guía sin cobrarte nada, pasarás un rato comiquísimo si te toca como a nosotros uno que te quiera ligar sin importarle si vas acompañada o no. ¿Que, qué?  Así es, no todos son tan santos como podrías imaginar.



En las calles alrededor del templo se encuentran los talleres de tallado de mármol, madera y metales, en los que verás a la gente trabajando duro con sus caritas siempre sonrientes y empanizadas de polvo de las piedras. Si ves una estatua de Buda con la cara aún sin tallar, es porque cuando la gente compra uno elige el rostro que quieren que tenga.


Si ya estás un poco cansado, almuerza y descansa un poco porque si algo no te puedes perder es el show de títeres en el Myanmar Marionettes Theatre que se presenta todas las noches a las 20:30 hrs. En 1986 dos chicas formaron esta pequeña compañía para rescatar esta tradición que anteriormente no solo servía como entretenimiento, sino también para educar y concientizar a toda la gente sobre lo que pasaba en el mundo. Tendrás la oportunidad de conocer al maestro U Pan Aye de 84 años que ha enseñado este arte a todos los titiriteros de la compañía y que a su vez fue entrenado por uno de los descendientes de profesionales ancestrales. El costo es de 10,000 kyats por persona pero créenos, te conmoverá y te hará recuperar un poco de fe en la humanidad.


Día 3. The Ancient Cities.

Este recorrido es en las afueras de Mandalay así que aquí no podrás utilizar bicileta. Yoe Yoe Lay ofrece un tour en taxi de las 8:30 a las 18:30 por 35,000 kyats. Aquí la onda es que en el auto caben cuatro personas y te dan la opción de compartirlo, así que terminas pagando  8,750 kyats por persona. Bastante bien.

El tour comienza y termina en la ciudad de Amarapura que está 11 kilómetros al sur de Mandalay. Primero, en el monasterio activo Maha Ganayon Kyaung, en donde podrás presenciar el ritual del almuerzo de cientos de monjes que estudian y viven ahí. Los monjes se forman en un pabellón guardando una increíble calma ante las miradas de los turistas que toman fotos sin cesar. Familias les entregan donaciones mientras avanzan por el último alimento que saborearán en el día.



La segunda ciudad es Sagaing a la que se llega cruzando el gran puente del río Ayeyarwady. Desde ahí verás su mayor atracción, la Sagaing Hill, que es una montaña cubierta de pagodas y monasterios donde visitarás la Sone Oo Pone Nya Shin. Pero recuerda que en las montañitas sagradas de este país se paga con mucho sudor … La vista desde la cima es hermosísima, pero tendrás que subir 20 minutos de escaleras.


En frente está la U Min Thonze Cave, cuyo nombre significa 30 cuevas y es una pagoda que literalmente las tiene. Cada entrada está adornada con seres mitológicos de estuco y en el resplandeciente interior podrás admirar una fila de 45 majestuosos Budas.


La tercera ciudad en el paseo es la isla de Innwa. Para llegar a ella tienes que tomar un bote –1000 kyats, ida y vuelta- que en menos de 10 minutos te dejará del otro lado donde hay carruajes –5,000 kyats por persona, capacidad para hasta tres personas- que le dan la vuelta a la isla. Visitarás el Bagaya Monastery, una torre a la que nadie se sube porque parece que está a punto de derrumbarse, el Maha Aung Myae Bone Zan Monastery y algunos templos menores. En los más importantes te revisan el ticket, así que ¡no lo pierdas!


El taxista te estará esperando al regreso para llevarte de nuevo a Amarapura, ahora al Kyo Aung Sanda, que es un monasterio con un Buda reclinado y bastantes figuras coloridas que te harán pensar en Alicia en el País de las Maravillas versión Asia.


Para finalizar verás el atardecer en el U Bein Wood Bridge, el puente de madera más largo del mundo. La vista no es tan romántica como nos imaginamos debido a los comercios que se han establecido alrededor del puente, pero te recomendamos ver el lado bueno y compartir una cerveza con tus acompañantes. Será el final de un buen día.


Otra recomendación importante de Mandalay: evita en lo posible la comida callejera, aventurarse a comer las fritangas de los puestitos puede terminar en una infección estomacal. Nos pasó a nosotros y por lo menos vimos cuatro casos más en otros turistas. Si no quieres sacrificar el verdadero sabor de Mandalay, busca restaurancitos locales que se vean de confianza.

Apostamos a que ya estás con la mochila lista  para esta experiencia. Esperamos que tu paso por Mandalay sea tan divertido como el nuestro!!

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