Aquellos que cruzan por tierra hacia Myanmar vía Mae
Sot–Myawaddy y que cuentan con poco tiempo para recorrer el país, tendrán que
elegir entre Hpa-An y Mawlamyine como primera parada … o bien seguir por 8
horas más hasta Yangón.
Ambos sitios cuentan con lugares fabulosos y presentan bastante
bien la gente y la vibra del país, y aunque recomendaríamos que pasaran al
menos una noche en cada uno, la finalidad de este post es decidirse por alguno
de los dos.
Ojalá y seas un junkie
sin remedio de estatuas de Buda ya que es el principal atractivo visual de Myanmar.
Si no estás listo para una sobredosis permanente y hasta el coma de cacharros
de iluminados, olvídate de recorrer el país en forma y mejor pásate unos
días más en Tailandia, que cuenta con una mayor variedad de atracciones.
Myanmar es Buda tras Buda tras Buda, al infinito.
Ya aclarada esta cuestión, aquí va cómo vimos y sentimos
ambas ciudades.
¿Qué hay en Mawlamyine?
Para el que no ha visitado países con índices de desarrollo
similares al de Myanmar, entender qué es y cómo se ve una ciudad
pequeña-mediana en este país le resultará complicado. Mawlamyine es un extraño
coctel de urbanización y subdesarrollo que por algunos momentos se asemeja un
pueblo, y por otros a algún barrio marginal de una metrópoli. Pero como toda
ciudad, se encuentra llena de vida; y como en todo este país, vive a través de
su espiritualidad y de su gente.
A pesar de que la mayoría de las atracciones de Mawlamyine
se encuentran fuera de la ciudad y apartadas entre sí, el sistema de “autobuses”
o tout-tout, como les llaman aquí,
te puede dejar cerca de ellas por un precio ridículo (1000 kyats o menos). Ni
te pienses tomar algún tour o alquilar a algún motociclista por el día, te vas
a perder lo mejor. Sin quitar mérito a los monumentos, lo mejor de conocer
Mawlamyine es viajar con su gente haciendo su vida diaria: corriendo para
alcanzar el camioncito, viajando con bultos de todo tipo, negociando el precio
con el cobrador, y siempre, siempre con una enorme sonrisa, y lanzándote la
frase que escucharás por todo tu viaje ¡Mingulaba!
que es simplemente ¡Hola!
Si quieres comenzar el día con el plato fuerte, lánzate al colosal Win Sein Taw Ya, el segundo Buda reclinado más grande del mundo que se encuentra a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad. Aunque aún no se encuentra terminado –y ya están construyendo uno aún más grande enfrente- es majestuoso. Abundar sobre su tamaño es inútil, aún no contamos con palabras para describir algo de esas dimensiones.
Si no te interesan tanto las piedras “turísticas” y lo tuyo
es encontrar algo más auténtico, haz el viaje al monasterio de Pa Auk Taw Ya,
que se encuentra unos 20 kilómetros al sureste de la ciudad. Se trata de un
monasterio budista en medio del bosque que cuenta con uno de los más importantes
centros de meditación Vipassana del país. Ver la vida diaria de los monjes en
esta micro-ciudad y presenciar una sesión de meditación es algo simplemente
inolvidable, y una experiencia mucho más grata que conocer a los monjes en el
contexto de la ciudad, donde muchos podrían parecer menos, ejem, serios. Si te
interesa entrarle, puedes quedarte una o varias noches y comer ahí sin pagar un solo centavo.
También puedes hacer el viaje al templo Nwa Le Bo, que se
localiza a unos 15 kilómetros al norte de la ciudad. Este templo se encuentra
en la cima de una montaña y alberga una roca dorada sagrada, así que si no
piensas visitar el Monte Kyatkiyo ésta es tu oportunidad para ver algo del estilo. Si te sobran tres
horas y tu condición física es digna del Iron
Man, puedes subir a pie. Para los menos aventurados hay un camión en la
base de la montaña que hace la subida, y que hará que recuerdes el rollercoaster más salvaje que hayas
tomado … sin ningún tipo de seguridad. Pero eso sí, la vista
desde la cima será una excelente recompensa.
Para cerrar con broche de oro y ya de vuelta por la ciudad,
visita la pagoda Kyaik Than Lan, que es la principal Mawlamyine. Debido a que es el único monumento que realmente está dentro de la ciudad, tal vez sea el
que cuenta con mayor vida de todos y es una perfecta introducción a las pagodas
que verás por todo el país: el gran chedi dorado, las numerosas estupas, y los
pequeños templos circundantes con su infinidad de Budas. El atardecer desde
aquí es simplemente genial.
¿Qué hay en Hpa-An?
A pesar de que Hpa-An es el principal centro administrativo
de la región, tiene un ritmo bastante más tranquilo que Mawlamyine. El problema
es que no cuenta con atracciones per sé y la gama de servicios es bastante más
reducida. Hpa-An destaca por las varias cuevas y montes budistas
que se encuentran en la zona. A diferencia de Mawlamyine no se puede recorrer
en transporte público, ya que la mayoría de los sitios no se encuentra sobre los
caminos principales. Aquí la opción es rentar algún auto, tout-tout, o el servicio de un motociclista, que puede ir de los 20,000 a los 40,000
kyats. También está lo opción de que te rentes una moto, aunque necesitarás
contar con un buen mapa y estar listo para pedir indicaciones en burmés ... o con señas.
El paseo puede comenzar por la postal de Hpa-An, la
pintoresca pagoda Kyauk Ka Lat, que se encuentra sobre una pequeña isla con una formación de roca
caliza bastante extraña. Puedes seguir a
los peregrinos hasta la mitad de la roca y después visitar el templo que se encuentra a
las afueras del lago.
Muy cerca de la Kyauk Ka Lat se encuentra el monte sagrado
Zwe Ga Bin. Aquellos con pulmones deportistas lograrán hacer la subida en unas
dos o tres horas, pero si te decides por el camino de la aventura recuerda que
no solo es la subida, también está la cuestión del sol. Si ya no estás para
esos trotes, en la base de la montaña también puedes visitar un monasterio de
madera de más de mil años de antigüedad, o deambular por el místico jardín de
los mil Budas, que en realidad cuenta con más de mil estatuas idénticas de un
Buda sentado.
Continuando en la misma dirección pero varios kilómetros más adelante llegarás a la Saddar Cave, o la Cueva del Elefante Real. Se trata de la quinta
cueva más grande del país, y que alberga en su interior templos, estatuas y
hasta un Buda dorado reclinado bastante grande. Una vez que pasas los templos
puedes adentrarte hasta el fondo de la cueva siguiendo un precario camino de
luces. Si nunca haz cruzado una caverna es una experiencia imperdible. Una vez
que llegas a la salida encontrarás barcas de madera que pasan debajo de otra
cueva para después dejarte en la entrada principal.
Seguro te llevarán a muchos más lugares en el camino,
algunos mejores que otros, pero no olvides decirle al conductor que te lleve al
atardecer a la Bat Cave. Literalmente se trata de una cueva donde viven miles
de murciélagos, y justo a esa hora es cuando todos salen masivamente de ella
para buscar alimento. Un espectáculo de la naturaleza que no te puedes perder.
Entonces, ¿con cuál nos quedamos?
Pues con Mawlamyine por
dos sencillas razones: cuenta con mayor variedad de atracciones y te pone en la situación ideal para
relacionarte con la gente de este país, que tiene muchísimo más valor que
cualquiera de sus monumentos. Claro que Hpa-An vale la pena y como hemos dicho,
si vas con tiempo también merece una visita, pero hay que reconocer que
Mawlamyine resulta una alternativa un poco más económica, y es más viable para
personas que viajan solas o para aquellos que no gustan de los tours.¿Y a ti cuál te gustó más?
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