jueves, 3 de diciembre de 2015

¿MAWLAMYINE O HPA-AN?


Aquellos que cruzan por tierra hacia Myanmar vía Mae Sot–Myawaddy y que cuentan con poco tiempo para recorrer el país, tendrán que elegir entre Hpa-An y Mawlamyine como primera parada … o bien seguir por 8 horas más hasta Yangón.

Ambos sitios cuentan con lugares fabulosos y presentan bastante bien la gente y la vibra del país, y aunque recomendaríamos que pasaran al menos una noche en cada uno, la finalidad de este post es decidirse por alguno de los dos.

Ojalá y seas un junkie sin remedio de estatuas de Buda ya que es el principal atractivo visual de Myanmar. Si no estás listo para una sobredosis permanente y hasta el coma de cacharros de iluminados, olvídate de recorrer el país en forma y mejor pásate unos días más en Tailandia, que cuenta con una mayor variedad de atracciones. Myanmar es Buda tras Buda tras Buda, al infinito.

Ya aclarada esta cuestión, aquí va cómo vimos y sentimos ambas ciudades.

¿Qué hay en Mawlamyine?
Para el que no ha visitado países con índices de desarrollo similares al de Myanmar, entender qué es y cómo se ve una ciudad pequeña-mediana en este país le resultará complicado. Mawlamyine es un extraño coctel de urbanización y subdesarrollo que por algunos momentos se asemeja un pueblo, y por otros a algún barrio marginal de una metrópoli. Pero como toda ciudad, se encuentra llena de vida; y como en todo este país, vive a través de su espiritualidad y de su gente.

A pesar de que la mayoría de las atracciones de Mawlamyine se encuentran fuera de la ciudad y apartadas entre sí, el sistema de “autobuses” o tout-tout, como les llaman aquí, te puede dejar cerca de ellas por un precio ridículo (1000 kyats o menos). Ni te pienses tomar algún tour o alquilar a algún motociclista por el día, te vas a perder lo mejor. Sin quitar mérito a los monumentos, lo mejor de conocer Mawlamyine es viajar con su gente haciendo su vida diaria: corriendo para alcanzar el camioncito, viajando con bultos de todo tipo, negociando el precio con el cobrador, y siempre, siempre con una enorme sonrisa, y lanzándote la frase que escucharás por todo tu viaje ¡Mingulaba! que es simplemente ¡Hola!


Si quieres comenzar el día con el plato fuerte, lánzate al colosal Win Sein Taw Ya, el segundo Buda reclinado más grande del mundo que se encuentra a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad. Aunque aún no se encuentra terminado –y ya están construyendo uno aún más grande enfrente- es majestuoso. Abundar sobre su tamaño es inútil, aún no contamos con palabras para describir algo de esas dimensiones.



Si no te interesan tanto las piedras “turísticas” y lo tuyo es encontrar algo más auténtico, haz el viaje al monasterio de Pa Auk Taw Ya, que se encuentra unos 20 kilómetros al sureste de la ciudad. Se trata de un monasterio budista en medio del bosque que cuenta con uno de los más importantes centros de meditación Vipassana del país. Ver la vida diaria de los monjes en esta micro-ciudad y presenciar una sesión de meditación es algo simplemente inolvidable, y una experiencia mucho más grata que conocer a los monjes en el contexto de la ciudad, donde muchos podrían parecer menos, ejem, serios. Si te interesa entrarle, puedes quedarte una o varias noches y comer ahí sin pagar un solo centavo.


También puedes hacer el viaje al templo Nwa Le Bo, que se localiza a unos 15 kilómetros al norte de la ciudad. Este templo se encuentra en la cima de una montaña y alberga una roca dorada sagrada, así que si no piensas visitar el Monte Kyatkiyo ésta es tu oportunidad para ver algo del estilo. Si te sobran tres horas y tu condición física es digna del Iron Man, puedes subir a pie. Para los menos aventurados hay un camión en la base de la montaña que hace la subida, y que hará que recuerdes el rollercoaster más salvaje que hayas tomado … sin ningún tipo de seguridad. Pero eso sí, la vista desde la cima será una excelente recompensa.

 
Para cerrar con broche de oro y ya de vuelta por la ciudad, visita la pagoda Kyaik Than Lan, que es la principal Mawlamyine. Debido a que es el único monumento que realmente está dentro de la ciudad, tal vez sea el que cuenta con mayor vida de todos y es una perfecta introducción a las pagodas que verás por todo el país: el gran chedi dorado, las numerosas estupas, y los pequeños templos circundantes con su infinidad de Budas. El atardecer desde aquí es simplemente genial.




¿Qué hay en Hpa-An?

A pesar de que Hpa-An es el principal centro administrativo de la región, tiene un ritmo bastante más tranquilo que Mawlamyine. El problema es que no cuenta con atracciones per sé y la gama de servicios es bastante más reducida. Hpa-An destaca por las varias cuevas y montes budistas que se encuentran en la zona. A diferencia de Mawlamyine no se puede recorrer en transporte público, ya que la mayoría de los sitios no se encuentra sobre los caminos principales. Aquí la opción es rentar algún auto, tout-tout, o el servicio de un motociclista, que puede ir de los 20,000 a los 40,000 kyats. También está lo opción de que te rentes una moto, aunque necesitarás contar con un buen mapa y estar listo para pedir indicaciones en burmés ... o con señas. 

El paseo puede comenzar por la postal de Hpa-An, la pintoresca pagoda Kyauk Ka Lat, que se encuentra sobre una pequeña isla con una formación de roca caliza bastante extraña. Puedes seguir a los peregrinos hasta la mitad de la roca y después visitar el templo que se encuentra a las afueras del lago.

 
Muy cerca de la Kyauk Ka Lat se encuentra el monte sagrado Zwe Ga Bin. Aquellos con pulmones deportistas lograrán hacer la subida en unas dos o tres horas, pero si te decides por el camino de la aventura recuerda que no solo es la subida, también está la cuestión del sol. Si ya no estás para esos trotes, en la base de la montaña también puedes visitar un monasterio de madera de más de mil años de antigüedad, o deambular por el místico jardín de los mil Budas, que en realidad cuenta con más de mil estatuas idénticas de un Buda sentado.

 
Continuando en la misma dirección pero varios kilómetros más adelante llegarás a la Saddar Cave, o la Cueva del Elefante Real. Se trata de la quinta cueva más grande del país, y que alberga en su interior templos, estatuas y hasta un Buda dorado reclinado bastante grande. Una vez que pasas los templos puedes adentrarte hasta el fondo de la cueva siguiendo un precario camino de luces. Si nunca haz cruzado una caverna es una experiencia imperdible. Una vez que llegas a la salida encontrarás barcas de madera que pasan debajo de otra cueva para después dejarte en la entrada principal. 

 
Seguro te llevarán a muchos más lugares en el camino, algunos mejores que otros, pero no olvides decirle al conductor que te lleve al atardecer a la Bat Cave. Literalmente se trata de una cueva donde viven miles de murciélagos, y justo a esa hora es cuando todos salen masivamente de ella para buscar alimento. Un espectáculo de la naturaleza que no te puedes perder.



Entonces, ¿con cuál nos quedamos? 

Pues con Mawlamyine por dos sencillas razones: cuenta con mayor variedad de atracciones y te pone en la situación ideal para relacionarte con la gente de este país, que tiene muchísimo más valor que cualquiera de sus monumentos. Claro que Hpa-An vale la pena y como hemos dicho, si vas con tiempo también merece una visita, pero hay que reconocer que Mawlamyine resulta una alternativa un poco más económica, y es más viable para personas que viajan solas o para aquellos que no gustan de los tours.¿Y a ti cuál te gustó más?

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